dissabte, de juliol 25

Un poema

Poemas » rafael de leon » maria manuela me escuchas

MarÍa manuela, ¿me escuchas?

Yo de vestíos no entiendo,
pero... ¿te gusta de veras
ese que te estás poniendo?
Tan fino, tan transparente,
tan escaso y tan ceñío,
que a lo mejor por la calle
te vas a morir de frío.

Te sienta que eres un cromo,
pero cámbiate de ropa,
si es un instante, lo justo
mientras me tomo esta copa.
Ponte el de cuello cerrao
que te está de maravilla
y que te llega dos cuartas
por bajo de la rodilla.

Cada vez que te lo pones
te encuentro tan elegante
que dentro de mí murmuran
los duendecillos de un cante.
"La rosa que me entregaron
al pie del altar mayor
lleva las sayas cumplías
y nadie le ve el color".

Pero antes de que te vistas
coge un poco de agua clara
y afuera los melinotes
que te embadurnan la cara;
ni más carmín, ni más cremas,
ni más tintes en el pelo;
no te aguanto más colores
que los que te puso el cielo.

Se acabó enseñar las piernas,
y los brazos, y el escote,
y el rostro no te lo pintes
ni aunque te salga bigote;
que te hizo Dios tan hermosa
como una rosa temprana
y se va a enfadar contigo
por enmendarle la plana.

Y a tu prima le devuelves
la pulsera de brillante,
son mucho lujo esas piedras
pa la mujer de un tratante.
Te quiero guapa y sencilla
como yo te conocí,
no tienes que engalanarte
pa nadie más que pa mí.

Ni más zapatos de Gilda,
Ni más turbantes de raso;
para presumir te sobra
con cogerte de mi brazo;
y como un día te vea
que enciendes un cigarrillo
vas a echar, entrañas mías,
el humo por los tobillos.

No quiero que me pregunten
"Esa gachona, ¿quién es?,
¿una secretaria de esas
que beben champán francés?"
Ni tú eres mujer moderna
ni quiero que lo aparentes
que yo te prefiero antigua
y oliendo a mujer decente.

Que con el triguito limpio
toito er mundo te compare,
que por defuera y por dentro
te parezcas a mi mare.
¿Te cambiaste ya el vestío?
Pues andando p'al teatro,
ya verás tú con qué envidia
nos contemplan más de cuatro:
"¡Vaya un marío con suerte
y una mujer bien plantá,
es una vara de nardos
con la carita lavá!".

Y al salir yo te prometo
cantarte por alegrías,
lo mismo que te cantaba
cuando tú eras novia mía:
"Mi novia es la más hermosa
y no se pinta la cara
la tiene como una rosa
tan sólo con agua clara".

El barco de mis amores
no tiene más que una vela
remendaita y graciosa
igual que María Manuela.

Se conforma mi niña con un vestío
y le basta y le sobra con un marío.
De percal que se ponga,
¡viva el salero!,
es mi María Manuela
la reina del mundo entero.
Paqui...

dimarts, de juliol 14

S/T

Com ara amb aquesta calor solament ixen de dia les sargantanes i els madrilenys, m'he proposat passejar de nit (o de bona matinada) i aprofitar per a fer un reportatge de "Alacant la Nuit".

Ja veurem què m'ix...

Barclays

Lluna al Tall Britanic

S/T

STEVE WINWOOD !!!

diumenge, de juliol 12

Ficus-1

En el 2005 me dió por divertirme mezclando fotos con un programa
de NIKON que me dejó mi hijo. Ahora los hay mucho más sofisticados,
pero a este...habia que ponerle mucho de "manualidades".
Las hay que tienen hasta 8 fotos juntas.

Ficus-2

Ficus-3

Ficus-4

"CAM"

Mercat

Mi calle (2)

Mi calle (1)

Plaza de la estrella

Macropintada

diumenge, de juliol 5

Jajaajja

Soy tan floja que me tiro al piso para que me levanten

pero tan gorda que eso es muy difícil.

Eventualmente alguien se toma la molestia de acostarse

en el suelo a mi lado,

me hace sonreír,

se acompaña conmigo

y yo me dejo,

al fin y al cabo, nunca nos levantaremos.

Estando de panza contra la tierra, somos.

Soñamos más,

hablamos menos,

y hasta a veces, parece que creamos cosas,

como este poema.


Liv.

Otra de liv.

Desde los lugares más pobres del país
la riqueza
el amor
la pulcritud
la rutina
que cincela la creatividad
dejando descansar la mente
en brazos del esfuerzo
entes viejos
al lado de los niños,
nos enseñan todo mientras la pobreza
se ensaña con ellas,
algunos animales conviven con nosotros.
Los jóvenes nos recuerdan que somos el parnaso
los que cargan con todo, que hay prosperidad
mientras viva un árbol
que se puede adorar el espíritu
aunque palidezca la flor
y los mercaderes llenen las plazas de máquinas tragamonedas
aunque descalzos caminen los niños entre las siembras de tabaco
los ojos del sol dan con todo, hasta el minúsculo rincón iluminan
la madre lo sabe.

Livia Díaz.

Un texto de mi amiga Livia

En velorio permanente le acomodaron las manos. "No tiene sus manos" decías, "se las agarraba la gente y de tanto agarrarlas se las llevaron". Y bajo ese manto café y añejo representando su época yacía el Santo. Como en un cuento, en una caja de plata y de cristal con velas electrónicas a los lados para que no se queme. Un señor a lo lejos explicaba los pormenores del Santo... Decía que se llamó Fray Francisco Aparicio que era muy bueno y que cuando lo desenterraron estaba como hasta ahora, momificado. La casa del Santo es enorme, parece una Catedral ¿Es una Catedral?.No importa ahí vive ahora, me fui con él a decirle las cosas que a los humanos no se les puede ir diciendo como quien va por la calle y encuentra a alguien llorando y le preguntas ¿Puedo ayudarle en algo? Porque en verdad ya no le preguntas, pasas rápido queriendo olvidar su imagen en la cabeza que te repite mil veces las veces que te has sentido desamparado en la calle y muchos ojos te vieron quizá con la misma cara de tristeza y compasión o no te vieron como por pasar un semáforo enseguida sin precauciones. Me limpie los mocos y los recuerdos y nos sentamos, la capilla es una especie de remanso como el mar, siempre se mueve pero acuna y agobia. Pero él estuvo ahí, quietecito con su cara de abuelito "que vivió 98 años", que "lleva siglos así" y como si resucitara para cada uno de nosotros y se volviera a morir para que lo sintiéramos, su muerte revive en los corazones de todos. El Santo estaba de fiesta era el día de San Francisco. "¿Quieres llevar una imagen?" Y había llaveros y fotos y corazones y ceniceros y souvenirs... de Santo en tanto me preguntaba ¿quién comprará estas cosas? Pero volvimos afuera y ahí seguía con sus versos pintados en las paredes y los íconos historia enseñando sus actividades al tiempo. El paseo terminaba en la puerta y la explanada llena de puestos de colores y olores llenos de comida y promesas sabrosas, que si tortas, que si tacos, que si queríamos comer... Y el me escuchaba todavía, eran 20 pasos largos hasta la calle y la vuelta, cuesta arriba, un franciscano preparaba el bautismo de varios taxis mientras tú me lo explicabas todo, nunca te dije que me explicas el mundo. Nunca te dije que le expliqué al Santo...

liv.